Philip



Mañana de luz tibia y calor tímido.

Otoño: decreptud que adelanta y prepara un nuevo início.

Aquellos caquis dulces anaranjados,
cogidos por tus manos directamente del árbol, me trajeron en la boca el gusto del paraíso.

Poco a poco los nidos de las golondrinas se deshacen, seguiendo la lógica de la vida.

Las hojas caen, sin resistencia al viento y a la gravedad atraente, con la consciencia tranquila, pues saben que su papel ha sido cumplido.

Ensinan silenciosa y humildemente algo de lo que los Hombres olvidaron.

Yo, dejo el outoño, como los pajaros, voy en tu dirección, para el calor de tu afecto.



Um comentário:

Unknown disse...

Ju concordo completamente com ou que ou Daniel disse vc é muito maior do que aparenta ser . Nunca deixe de crescer! Ass:Cleia